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¿HA
CINE?
MUERTO

El cine peruano llegó a Perú durante el Gobierno del Presidente Nicolás de Piérola, en el año de 1897, la primera proyección de imágenes se dieron un sábado 02 de enero, gracias al uso del Vitascopio, invento de Thomas Alva Edison.

Imagen: Thomas Alva Edison/GEV – Grupo de Editores Venezolanos
Pocos días después se empezaron a realizar las primeras proyecciones cinematográficas con los hermanos Lumiére, en la confitería Jardín Estrasburgo, hoy en día conocido como el Club de la Unión, ubicado en el distrito de Lima – centro (Perú). Los primeros espectadores fueron los sobrevivientes de la guerra del pacífico, donde protagonizaron Bolivia y Perú contra Chile.
Las primeras imágenes que se proyectaban eran de la aristocracia y de paisajes de otros países. Pero el 23 de abril de 1899, se empezarían a realizar las primeras imágenes del Perú en el teatro Politeama de Lima; se proyectaron veinte vistas entre las que se encontraban tres llamadas: La catedral de Lima, Camino a La Oroya y Chanchamayo. Poco a poco las funciones fueron llegando a los sectores sociales más bajos, a través de exhibidores ambulantes que adquirían los aparatos y los llevaban a varios lugares recorriendo el país, generando el hábito y necesidad en el público que pagaba por ver las funciones, y haciendo así su negocio. Esto fue debido a que el cine traía estímulos venidos de lejos, convirtiéndose en una forma de poner al alcance de la gente paisajes geográficos y rostros humanos.
Dentro del cine peruano, se desarrolló el cine de Iquitos, una ciudad septentrional, que tenía como escenario principal de la fiebre del caucho en la Amazonía peruana. La industria cauchera benefició la presencia de cineastas extranjeros en la ciudad, y el interés cinematográfico en años posteriores. Antonio Wong Rengifo es el pionero más importante del cine de Iquitos.



Imágenes: Antonio Wong Rengifo, junto a nativos yagua de la selva de Iquitos (Perú)/ Wikipedia – cineencuentro.com
Antonio Wong, amaba el paisaje amazónico. Lo había mirado innumerables veces, por largas horas, desde el malecón, el barranco, el precario puerto, con el discurrir del río Amazonas debajo de crepúsculos, amaneceres, vuelos salvajes de golondrinas. Mientras imaginaba lentamente cuadros, ángulos, imágenes que debía captar, en la ciudad perdida para el presupuesto oficial, en la selva enmarañada, dentro de comunidades de indígenas semi salvajes, buscando en medio de cochas, senderos, restingas y lomas, aquella estampa precisa que albergará un sentido artístico y un simbolismo que solo él, incluso, podía tener la capacidad de perpetrar, la realidad estaba cambiando aceleradamente. Sin embargo, a pesar de los azares sociales, políticos y culturales, el artista, ensimismado en su descubrimiento de las cosas que lo enaltecían, mantenía una línea inalterable de experimentación.
En un inicio hasta el año de 1913, la gente presenciaba los espectáculos de imágenes en movimiento, en esas épocas estaban las filmaciones, por ejemplo, de las corridas de toros de España, luego de Perú; o vistas bélicas de la guerra hispanoamericana (EEUU y España en Cuba), como también tomas de Perú: paisajes, arquitectura y sociedad. Los sectores aristocráticos preferían películas filmadas en paisajes urbanos extranjeros, reproducción de hechos históricos y sucesos de sociedad (aristocracia) en la ciudad de Lima. Los sectores populares preferían filmaciones cómicas.

Imagen: Película Pantaleón y las Visitadoras dirigida por Francisco José Lombardi/cicus.us.es
La principal crítica que se hacía al cine peruano en esa época era la “carencia de naturalidad”, porque el aparato reproducía las imágenes difusas y con un parpadeo (esto se corrige en 1908), además de la falta de sonido y el blanco y negro de las imágenes. Todo esto irritaba a las sensibilidades educadas en una estética armoniosa y fluida.
La primera película peruana de ficción fue “Negocio al Agua”, estrenada en abril de 1913 en el Cinema Teatro de Lima. La respuesta de su rival fue la realización “Del Manicomio al Matrimonio” estrenada en junio del mismo año. Estas dos películas fueron las únicas de ficción hechas en Perú de ese periodo.


Imagen: Película “Del Manicomio al Matrimonio”(Fernando Lund/ María Isabel Sánchez Concha, 1913/archivoperuano.com
Imagen: La primera película “Negocio al Agua”/tirant.com
Ante la carencia de exhibición cinematográfica en las zonas más apartadas de las grandes ciudades del país, un grupo de jóvenes interesados por promover el cine, se propone la tarea de ir a pueblos y comunidades donde el cine no lo había hecho antes para que la gente conozca y aprenda del cine latinoamericano.
Llevar el cine a estos lugares apartados de Perú, es la tarea de la Asociación Nómadas, asociación sin ánimo de lucro que busca fortalecer la integración cultural entre los pueblos de Latinoamérica a través de la exhibición cinematográfica.
Los Nómadas, emprenden una travesía por el territorio peruano llegando a pueblos y comunidades campesinas e indígenas del país, para darles la oportunidad a estas personas de que disfruten del cine itinerante con películas latinoamericanas y aprendan con documentales y talleres, ayudando así a la formación cultural de estos pueblos.
En 1922 se estrena “Camino de la Venganza”, que se podría haber considerado el primer largometraje nacional; reflejaba en su argumento la contradicción de la vida rural, sana y robusta, con la vida de la capital, llena de peligros. Este argumento sería recurrente en adelante. La sociedad peruana mostraba esa división entre lo rural y la urbe, y el cine la retrató por su afán de mostrar la realidad social con hechos cercanos al público, y así atraerlo. Mientras el público peruano empezó a preferir el cine estadounidense, y se conocieron los filmes de Chaplin, que empezaba a hacerse famoso en el mundo.

Imagen: película “Camino de la Venganza”/Luis Pardo /archivoperuano.com
“Camino de la Venganza”, era la historia del bandolero que ofrecía la dosis precisa de romanticismo y aventura necesarias para su trasvase al cine. Enrique Cornejo Villanueva no sólo dirigió el que por mucho tiempo sería recordado como el primer largometraje peruano, sino que también se convirtió en héroe, protagonizándolo.
En 1926 hubo una controversia porque se iba a estrenar una película (Páginas Heroicas) sobre la Guerra del Pacífico, y el gobierno del presidente Augusto Leguía, censuró su estreno porque ofendía los sentimientos patrióticos de Chile. Se discutió algunos meses pero nunca llegó a estrenarse. En 1928 se estrenó La Perricholi, que fue un éxito, y que incluso fue apreciada en el extranjero. Empieza a tomar fuerza la prensa cinematográfica, salen revistas especializadas como: Cines y Estrellas, Luces y Sombras, La Semana Cinematográfica, etc. Además, otras publicaciones incluyen en sus números secciones dedicadas al cine como: El Mundo en la Pantalla del diario La Prensa, El Mundo del Celuloide en la revista Variedades, etc.

Imagen: película “La Perricholi”, Estrenada el 13 de setiembre de 1928, es la película muda que más conocemos. En la foto: Un curioso grupo teatral incaico/archivoperuano.com
Posteriormente se estrenaría la primera película sonora que fue Resaca, y se inicia el corto periodo de auge de producción llamado cine criollo. Surge la sociedad Patria Films, que realiza varias películas: sólo en 1930 se hicieron 7 largometrajes. En 1932 se promulgó una norma legal que creaba la Escuela de Cinemática Ambulante: su objetivo era la educación masiva y la integración de la masa indígena al proceso nacional. Lo que se hacían era llevar unidades móviles con un proyector junto con películas de índole artística y científica. Este sistema fue fugaz, debido a que su financiación fue imposible, y poco a poco el público fue menos a las salas y la producción nacional empezó a disminuir.
En la década de 1940 se dan leyes para fomentar la producción cinematográfica, pero se produce una crisis por la creciente competencia y desarrollo de la producción de otros países como México, pero aún se hacen algunas películas. En los años 50 (auge del cine estadounidense y mexicano), sólo se hace un largometraje peruano, pero se hacen muchos documentales y noticiarios, estos documentales tienen su principal representación en lo que se llama la etapa del Cine Club Cusco, quienes retrataban las costumbres de los pueblos andinos (carnavales, fiestas religiosas, etc.) y llegan en la década siguiente a filmar incluso dos largometrajes en quechua: Kukuli (1962) y Jarawi (1966), basados en leyendas indígenas. Luego empezarían a hacerse coproducciones con México. A fines de la década del cincuenta, se introduce la televisión y el cine de la siguiente década, se ve provista de personajes protagonistas de la misma, ya que habían tenido acogida en la vida doméstica.

Imagen: Estación del tranvía en Los Descalzos (Rímac), en el Jardín Estrasburgo/blog.pucp.edu.pe
En 1962 se da una ley que libera de impuestos a toda exhibición de largometrajes producidos en Perú por empresas peruanas, mas no daba alternativas de financiación, ni otorgaba otras facilidades para que empresarios jóvenes se iniciaran en la actividad cinematográfica por lo que su efecto fue escaso. Durante el gobierno militar del General Juan Velasco Alvarado, en 1972, se promulga la Ley de Fomento a la Industria Cinematográfica, que promovía la exhibición obligatoria (determinada por la Comisión de Promoción Cinematográfica) y la retribución porcentual. Esto significó que se hagan producciones nacionales, especialmente de cortometrajes. Los precios eran fijados por las municipalidades, que los mantenían bajos, pero eso se compensaba por la cantidad de gente que asistía. Sin embargo, el cine peruano ha sido desde siempre un rotundo fracaso a pesar de los precios tan bajos.
Poco a poco, el público fue advirtiendo que los cortos realizados eran de baja calidad y predominaba la improvisación y la inexperiencia. Además, los exhibidores también reaccionaron en contra, ya que veían esta ley como una imposición de un gobierno autoritario y que a expensas de sus ganancias alentaban la producción nacional.
Los años 80 con los fracasos de las películas peruanas, con la crisis económica de Perú y con los desastres provocados por el terrorismo se empezó a distinguir una característica más populista y de retrato de la realidad social en la mayoría de las producciones.
Asimismo, en estos años surge una nueva generación de cineastas, Francisco José Lombardi (quien se da a conocer con su adaptación de la novela, La ciudad y los perros de Mario Vargas Llosa, en 1985) y quien ha usado como estrategia para sus películas el uso como material de obras de la literatura peruana.

Imagen: la obra de Mario Vargas Llosa llevado al cine; “La Ciudad y los Perros” dirigida por Francisco José Lombardi.
Existen distintos modos de ver la interculturalidad: se puede hablar de un fenómeno comunicacional, ya que se trata de culturas en una constante interacción comunicativa. Para ello es esencial el concepto de cultura, como el fenómeno humano que define la diferencia entre un grupo humano y otro. Cuando se habla de esta diferencia, se hace referencia al concepto de identidad cultural, destacando todo aquello que hace único a un grupo humano determinado. El concepto determinante en la identidad cultural es el de etnicidad, como la condición sociocultural que establece las diferencias, y los conceptos de raza y racismo tienen mayor importancia por las connotaciones negativas que han surgido a lo largo del desarrollo de la sociedad.

Imagen: escenario de uno de los cines modernos en Lima, Perú/Cineplanet
En el cine desde sus inicios, como todo medio de comunicación, podemos identificar elementos de comunicación intercultural y en el caso de Perú se puede visualizar con ejemplos claros. El hecho que en un comienzo el acceso a las funciones haya sido restringido a la aristocracia (sector social alto). La preferencia de la sociedad peruana por ver en el cine una realidad extranjera, y luego el afán de retratar en las películas nacionales la idiosincrasia nuestra, dando tratamiento especial a los temas populares como el terrorismo, la discriminación por sexo, etnia, religión, etc. cercanos al público, el cual se acerca a estas películas sólo por eso y no por ser buenas películas. Este medio, actualmente, puede ser conocido por grupos sociales distintos, es decir, ha ido integrando a la sociedad. En tanto este medio representa e integra a la sociedad, forma parte de su cultura, junto con los cambios en la vida cotidiana (costumbres) que han surgido tras su arribo.
Que el cine haya empezado, por así decirlo, documental y noticioso, da cuenta de la necesidad que, por la falta de comunicaciones tenía el pueblo de conocer lo que ocurría dentro de la nación y también fuera. Películas ambientadas en barrios marginales y que trataron el tema preciso del terrorismo y la calidad de vida de la sociedad ante los problemas. Esta tendencia siguió, y sigue en alguna medida. La producción parece haberse estancado en el mero retrato de la sociedad peruana pero en sus aspectos más negativos, saben que en general hacer cine en Perú es un mal negocio, tratan de sacar el mayor provecho por esta aceptación de temas. Además, los intentos por hacer un cine diferente no han tenido éxito por la falta de oficio y de buenos guionistas, que sepan narrar una historia.
Los productores tuvieron más dificultades que nunca para la recuperación de la inversión, debido a la incontrolable inflación que disminuía sus ingresos y aumentaba los intereses de los préstamos bancarios. Por ese motivo se buscaron recursos técnicos ingeniosos y baratos como el video digital y se recurrió como en ocasiones anteriores a los temas populares. Otro motivo de la decadencia del cine peruano y de la poca asistencia a los cines en general (para ver películas peruanas) fue la aparición del VHS.
Con los años, el público empezaría a dar interés al cine nacional, y producto de la mayor demanda obligaría a abrir nuevos cines hasta en las ciudades más pobres de Perú, un caso de ello es Huánuco, con la creación de Cineplanet, y próximamente con Cine Premium.

Imagen: fachada del nuevo centro comercial en la ciudad de Huánuco, donde se apertura el Cineplanet
Imagen: Fachada de la entrada del cine en Huánuco, muestra la expansiona nivel nacional.



Imagen: Cines el Pacifico ubicada en el Centro de Lima
Imagen: La película “La Teta Asustada”, una de las mejores películas del cine peruano
La situación actual del cine, ha sido una evolución a lo largo de la historia del Perú, se trató de mejorar las producciones cinematográficas, pero a mediados de los 80 y 90 en que ya aparecían los CDs y los videos realizados con vetacam o VHS, fueron un motivo fuerte por el cual el cine iba desapareciendo, debido a que el público también preferían ver los videos en casa usando un televisor convencional. En la siguiente entrevista hablaremos un poco con el Director de Cultura de la ciudad de Huánuco, Carlos Ortega y Obregón (Perú); quien nos relatará un poco sobre el cine peruano y también su desaparición y reaparición en algunas provincias como en Huánuco.
Imagen: Estación del tranvía en Los Descalzos (Rímac), en el Jardín Estrasburgo/blog.pucp.edu.pe