Como se puede observar el número de espectadores ha disminuido progresivamente desde 2010 a 2012, lo que inevitable y lógicamente ha producido un descenso equiparable en la recaudación en las salas. En concreto los espectadores han pasado de ser 101.589.517 en 2010 a 94.158.195 tan solo dos años después. Por su parte la recaudación ha descendido desde 662.305.087,70 hasta 614.201.898,75 euros.

En el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicado el 14 de julio de 2012 se hacen públicas las medidas del Gobierno para garantizar la estabilidad presupuestaria y de fomento de la competitividad, por las que el IVA del sector cinematográfico pasará a ser del 8% al 21%.

 

Al objeto de aproximar los tipos de gravamen a los aplicados en la Unión Europea, se procede a la elevación de los tipos impositivos general y reducido del Impuesto sobre el Valor Añadido, que pasan del 18 y 8 por ciento al 21 y 10 por ciento, respectivamente. (….)

Dicha subida de tipos se ve acompañada con otras medidas adicionales por las que determinados productos y servicios pasan a tributar a un tipo impositivo distinto; tal es el supuesto de ciertos productos y servicios que venían tributando al tipo reducido del 8 por ciento y pasan a hacerlo al tipo general, como es el caso de las flores y plantas ornamentales, los servicios mixtos de hostelería, la entrada a teatros, circos y demás espectáculos y los servicios prestados por artistas personas físicas, los servicios funerarios, los servicios de peluquería, los servicios de televisión digital y la adquisición de obras de arte.

 

A pesar de que hace tan solo unos días la vicepresidenta Soraya Sáez de Santamaría comunicó que el Gobierno bajará el impuesto que afecta a pintores, marchantes, fotógrafos e incluso a creadores de fallas del 21% al 10%, el mundo del cine todavía sigue con una subida histórica que puede ser la causante de la muerte del cine o al menos de la mayor crisis a la que el sector se haya enfrentado jamás.